"Los bosques concentran más de la mitad de la biodiversidad terrestre del planeta".
Los bosques funcionan como reservorio de dióxido de carbono (uno de los principales gases que causan el efecto invernadero), al punto tal que, cerca de un 20% de las emisiones globales de estos gases, provienen de la deforestación y la degradación de bosques.
A su vez, aportan a las poblaciones cercanas fuentes de proteínas, plantas medicinales, materiales para la construcción y combustible en forma directa. Y, en forma indirecta, contribuyen a la conservación de las fuentes de agua, la prevención de inundaciones y protección para los suelos.
Se estima que 1.600 millones de personas en todo el mundo dependen de los bosques para la producción de alimentos (ganadería y productos del bosque) y unos 60 millones de personas que componen los pueblos originarios de las diferentes regiones del planeta, dependen enteramente de los bosques para su subsistencia.
Se estima que 1.600 millones de personas en todo el mundo dependen de los bosques para la producción de alimentos (ganadería y productos del bosque) y unos 60 millones de personas que componen los pueblos originarios de las diferentes regiones del planeta, dependen enteramente de los bosques para su subsistencia.
"En la Argentina, los bosques nativos están en proceso de degradación por la deforestación.En la última década se ha llevado a razón de 300.000 hectáreas anuales, y el uso inadecuado de los recursos que éstos proveen".
Un bosque degradado es un bosque que pierde su diversidad biológica, las posibilidades de sostener actividades económicas (como la extracción de madera, leña u otros productos), y las posibilidades de ese ambiente de proveer servicios ambientales como la regulación del clima y del agua.
Fuente: Fundación Vida Silvestre
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